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martes, 2 de noviembre de 2010

historias de lo desconocido
EL ANIVERSARIO
Esta historia me la contó una estudiante de catorce años en un arrebato de intimidad. El suceso lo vivieron sus padres, a los que llamaremos Angela y Martín (recuerdo sus nombres reales pero ya sabéis...)
Aquella noche Angela y Martín se acostaron como de costumbre. Martín se durmió rápidamente pero Angela tenía el sueño más flojo, de modo que cuando empezaron los arañazos ella los oyó y se puso alerta.
Lo primero que pensó al oir ruidos que no supo identificar debido al miedo, fue que habían entrado ladrones en la casa. Despertó a su marido sin abrir siquiera la luz y le pidió que escuchara y mirara a ver si había entrado alguien al hogar.
Martín se despertó, escuchó y dijo Son arañazos, será el perro.
Si apenas hacer movimiento encendieron la luz y vieron al animal dormido a los pies de la cama. No había sido él. Volvieron a apagar la luz pero esta vez se reanudaron los arañazos, y cada vez parecía más claro que se estaban haciendo en la puerta cerrada de la habitación.
Martín dijo en voz baja a Angela que igual era un ratón, y que si era así, lo pillaría, porque los ratones, al ver una luz, se quedaban inmóviles momentáneamente. Y lo hizo, pero la luz demostró que allí no había ratones. Despertaron al perro, que se puso nervioso.
Volvieron a hacer otra prueba y cada vez que apagaban la luz se escuchaban los rasguños sobre la madera de la puerta. Martín decidió abrir la luz y levantarse y, con bastante miedo, según confesaría, se dirigió a la puerta, la abrió y miró ceñudamente a ambos lados. Nada.
Se dirigió hacia la cocina con Angela siguiendo sus pasos. Pensaban en los niños, no querían que se despertaran e intentaron caminar en silencio.
Al llegar a la cocina Angela tuvo un pálpito.
- ¿Qué día es hoy, Martín
Martín le dijo la fecha exacta.
- Es el aniversario de la muerte de mi madre!. -Exclamó ella.
Angela encendió una vela y rezó y prometió a su madre que por aquel olvido le haría una misa especial para ella. El resto de la noche no se escuchó ni un rasguño más.

MATAOS MUTUAMENTE
Esta es la historia de dos amigas que desde que tenían sólo nueve años jugaban con el tablero de la oui-ja. Cuando relató esta historia, tenía tan sólo 13 años, y el hecho había ocurrido hacía apenas unas semanas. Yo os relataré su historia... ojalá la protagonista lea esta historia y nos pueda dar más detalles.
Las dos adolescentes entraron en una casa abandonada con el fin de invocar a algún espíritu, pero en esta ocasión, al contrario que las veces anteriores, en vez de venir un espíritu benigno, vino uno maligno.
Aquel espíritu, mediante el tablero, les ordenó que hiciera lo que él les ordenaba o las mataría. Le preguntaron alucinadas qué quería. Mataos mutuamente fue su contestación. No dudaron en decirle que se fuera, pero el vaso se movía enérgico una y otra vez hacia el NO del tablero.
Tras varias negativas rotundas, el vaso paró en seco y ellas se miraron preguntándose qué estaba ocurriendo. Entonces ocurrió. Al final de la escalera de aquella casa abandonada había un fantasma. Llegaron incluso a hacerle una fotografía. En aquel mismo momento escucharon un crujido y al girarse vieron que el vaso de cristal se había roto. Al mismo tiempo el fantasma desaparecía.
amigas por sienpre............
Año 1982. Alicia y Sara eran dos chicas, ambas de 15 años, e íntimas amigas
desde la más tierna infancia. Vivían en el mismo barrio, estudiaban en el mismo instituto, iban a la misma clase... en fin, eran inseparables. Sin embargo, tenían caracteres muy diferentes. Alicia era alegre y extrovertida, mientras que Sara era muy tímida y callada.
Cierto día, Sara le propuso a Alicia
- ¿Por qué no hacemos un juramento de sangre
- ¿Qué
- Mira, por si algún día perdemos el contacto, juramos que la que muera antes de nosotras dos, irá a avisar a la otra.
- Qué tontería, Sara, nosotras siempre estaremos juntas.
Ante la insistencia de Sara, y entre asombrada y divertida, Alicia al final aceptó la propuesta. Ambas se practicaron un corte con una navaja en el dedo índice de la mano derecha, y sellaron el pacto a la luz de unas velas.
Pasaron los años. Alicia había terminado sus estudios de derecho, tenía un buen trabajo, una casa preciosa y un marido y un hijo maravillosos. Hacía mucho que no veía a Sara, la amiga de su juventud, aunque a veces se acordaba de ella cuando se veía la cicatriz de su dedo índice. Al final, la vida les había llevado por caminos distintos y no habían vuelto a verse desde que acabaron el instituto.
Una noche, Alicia tuvo una horrible pesadilla iba conduciendo, cuando de repente un camión invadía su carril y chocaba con su coche.
Se despertó empapada en sudor, y justo en ese momento, oyó llamar al timbre de la casa. Eran las 3 de la madrugada. Miró a su marido, que dormía profundamente a su lado, en ese momento, el timbre volvió a sonar con insistencia. Maldiciendo por lo bajo y preguntándose quién podría ser a esas horas, Alicia se levantó y fue a abrir la puerta.
Cuando abrió la puerta y vio a la mujer que estaba en el porche, abrió la boca, totalmente anonadada. Aunque había cambiado bastante, la reconoció enseguida.
Allí, terriblemente pálida, ojerosa y con una enorme herida sangrante en la cabeza, estaba su antigua amiga Sara.
- ¡Por Dios, Sara! ¿Qué ta ha ocurrido Entra, te curaré esa herida.
- ¡Cuánto tiempo sin vernos!
Sara no se movió de donde estaba.
- He venido a cumplir mi promesa, Alicia. He muerto y vengo a decírtelo.
Alicia se quedó sin habla.
- Ya que la vida nos ha separado, estaremos juntas en la muerte. Te estaré
esperando...- dijo Sara levantando el dedo índice. Acto seguido, desapareció.
Alicia empezó a notar un dolor persistente en su propio dedo índice, al mirárselo descubrió que lo tenía empapado en sangre, como si se le hubiera vuelto a abrir el corte que se hiciera años atrás... Lanzó un alarido estremecedor y cayó desvanecida al suelo.
Al día siguiente, despertó en su cama y pensó que todo había sido un mal sueño.
Encendió el televisor para desayunar, y lo que vio la dejó helada la noche
anterior, a las 3 de la madrugada, había habido un accidente de tráfico un camión había chocado con un coche, y la conductora del mismo había fallecido en el acto.
A partir de aquél día, su vida se convirtió en un auténtico infierno. No comía, se olvidaba de recoger a su hijo en el colegio, no rendía en el trabajo... Y todas las noches tenía el mismo sueño, en el cual oía llamar a la puerta, y al abrir veía a Sara levantando el dedo índice y diciendo te estaré esperando, tras lo cual siempre se despertaba con un dolor insoportable en su dedo lleno de sangre.
Su marido no entendía lo que le estaba pasando, los médicos no encontraban ninguna explicación, y finalmente internaron a Alicia en un psiquiátrico.
Allí no hizo sino empeorar, ahora en sus pesadillas veía a Sara junto a su cama.
Una noche, un celador del psiquiátrico oyó un espantoso ruido de cristales rotos que provenía de la habitación de Alicia.
Al entrar en la habitación vio que la ventana estaba rota, se asomó y vio a Alicia tirada sobre la acera en medio de un charco de sangre. Tenía una gran herida en la cabeza y a su lado, en el pavimento, alguien había escrito con su sangre AMIGAS PARA SIEMPRE.

La muerta en el colectivo
Hace tan sólo un par años, un viejo colectivero volvía la terminal de ómnibus luego de un largo y cansador día de trabajo. Llovía fuertemente y la visibilidad del camino era casi nula. Luego de unas horas de camino, llegó al primer semáforo(su trayecto era por un camino de tierra en zonas rurales y luego volvía a la ciudad). Como quería llegar rápido a su casa, no lo respetó y siguió de largo, sin saber lo que le pasaría...Mientras seguía, ocupado con sus pensamientos, no vió a la chica que pasaba por el camino. El colectivo pasó sobre ella como si de una piedrita se tratara. El hombre entró en deseperación. Al ser de noche, había pocos o ningún auto o personas, y al no divisar ninguna, el colectivero continuó como si nada hubiese sucedido. Mientras seguía su trayecto hacia la terminal, preocupado por si alguien lo había visto, escuchó un sufrido y continuo llanto.Que extraño-pensó-todas las personas bajaron antes. Pero cuando se dispuso a mirar por el espejo retrovisor quien era, la visión que tuvo lo aterró. La chica que había atropellado lloraba descosoladamente en el asiento trasero


Una mañana me desperté lista para ir al colegio, mire por la ventana y vi un gato negro de ojos verdes que me miro, desde ese momento supe que el día no iba bien, cuando salí de la casa vi a mi amiga Cassidy que se acercaba para saludarme con la cabeza agachada le pregunte que le pasaba pero no me respondió, luego levanto loa cabeza y me di cuenta de que esa no era mi amiga Cassidy era una chica sin ojos que me dijo
-Yo no soy Cassidy, yo soy solo su cadáver ella acaba de morir solo me pidió que viniera a avisarte.
En ese momento el cuerpo de Cassidy se desplomo en el piso, yo corrí hasta llegar a mi casa y cuando llegue mi madre me dijo que habían encontrado en el bosque y que le habían sacado los ojos al cadáver…
Desde ese día siempre la veo y cada ves que la veo me pregunta lo mismo.
-Por que morío

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